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22,80 €Si bien Mistral devino un cuerpo que exhibÃa las polÃticas sexo-genéricas y raciales del latinoamericanismo, después de su muerte en 1957 su fama y su obra se descuidaron hasta quedar opacadas y, por largo tiempo, olvidadas. Emergió otro cuerpo, que podemos llamar discursivo, un cuerpo nacional que el epÃteto de "La maestra de América" apuntala. Ese cuerpo es el verdadero autor del olvido de décadas. El paÃs consagró a Mistral, la convirtió en Ãcono nacional, pero solo bajo condición de ser heterosexual, célibe, santa y sufriente. Ocupó un sitial en el canon literario latinoamericano únicamente por ser la Madre-Maestra de la nación. Su obra pasó a ser poco leÃda y lo que es tal vez peor, pasó a ser leÃda bajo el signo de la sorna y el desdén porque supuestamente solo le importaban las madres y los niños. Asà fue que se enmarcó toda la obra dentro de un cuadro sentimental. Como se verá en lo que sigue, el público de Mistral era mucho más amplio. Por otra parte, el relato sentimental dista mucho de ser un género menor e incidental: el sentimentalismo fue eje esencial del proyecto nacionalista del Estado. Adem